martes, 21 de diciembre de 2010

Miseria

Una vez escuché en una película esta frase: "Una mujer tiene la vida sexual que desea".
Pensé mucho en esa frase por un buen tiempo hasta que llegué a la conclusión que es cierto.
Las mujeres se sienten miserables porque quieren sentirse miserables. Yo sé que hay tiempos en los que nos gana la apatía, pero uno siempre tiene que buscar la forma de salir de ahí.
Mis amigas piensan que la felicidad está amarrada a tener pareja, a quien sea. Yo no. No tengo pareja hace buen tiempo y no tengo planes de tenerla, quiero decir, no me he fijado eso como meta para el próximo año ni nada parecido. Creo que soy feliz. No me preocupa el tema de mi vida amorosa. Me siento satisfecha de haber rechazado o dejado ir las opciones que tuve.
Una vez leí en algún lado que una pintora dijo en una entrevista que "en la vida uno no debe arrepentirse de nada".
Eso me gustó.
No me arrepiento de nada.
Tal vez le robó esa frase a Edith Piáf.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Año del tigre: ¡Año de mierda!

Ya me convencí rotudamente que este no es mi año. Quiero decir, mi año en el sexo, claro está, el único tema que me interesa realmente... Bueh, ha sido un año seco. No puedo encontrar otra palabra más idílica para describirlo: S-E-C-O. Así como lo leen. Y como me gusta recordar, para regodearme en la depresión y la autoconmiseración, voy a contarles mis "casi" encuentros del tercer tipo. Ahi les van... 

1. A finales del año pasado comencé a tener una pseudo relación con un tipejo con el que hablaba mas o menos todos los días, salíamos de vez en cuando a tomar, al cine, a conversar, y todas esas cosas que haces cuando estás saliendo con alguien, salvo la parte del sexo, y yo, esperándola como una imbécil, descubro al final que el tipo estaba con otras tipas, y que conmigo ni siquiera, y cito textualmente "estaba enterado que estábamos saliendo, ¿de verdad pensaste eso?". Ahi va uno... 

2. Durante el tiempo que salí con este susodicho me atormentó el fantasma del ex de una amiga con el que fui a un concierto una vez. Sus llamadas persistentes me hicieron pensar en cambiarme de nombre, entrar en uno de esos programas de protección de testigos, algo así. Finalmente pararon, pero no porque él haya retomado algo de cordura, sino porque yo lo bloqueé en mi celular, facebook y otros. Ahi van dos...

3. El año pasado también conocí a un pata con el que salí una vez (esto de "salimos solo una vez" es algo crónico para mi) y que para la segunda salida me daba vueltas y vueltas hasta que me dijo que había regresado con su flaca. Yo pensé que se la había inventado y en verdad era gay. Esto porque una vez me dijo que el video Loba de Shakira le parecía vulgar. ¿A que hombre heterosexual le parece vulgar algo que haga Shakira, en serio? En fin, lo dejé ahí, hacer lo que quisiera, y pasó un mes para que volviéramos ha hablar via msn. Así estamos, hable que hable vía msn. Siempre me dice vainas tipo "contigo siento que puedo hablar de todo", "eres una flaca super inteligente", "me encanta que sepas tanto", y huachafadas tipo "cuando te conocí fue como experimentar un eclipse". Se... bueno, hablamos por el msn porque se ha ido a Chile ha estudiar fotografía/escultura/diseño gráfico/artes audiovisuales y no se que huevada más. Siempre me hace insinuaciones de que lo vaya a visitar, pero honestamente, cuando pienso en el viaje que tengo que hacer para ver a un tipo con el que salí UNA VEZ y que no veo hace más de un año... No, prefiero quedarme en Lima. Ahi van tres...

4. Hace más de un año que conozco a Jimmy. Es un tipo gordo y pendejo, de ojos saltones y recontra juerguero. Esa me parece una cualidad agradable en un hombre, y antes de que me digan loca, lo digo en el sentido que siempre es agradable interactuar con un fulano al que no tienes que estar interpretando ni leyendo, que te dice claramente que lo que quiere es sexo y punto. Además que si te das cuenta que le gustas bastante, es un subidón de autoestima enorme jugar con su cabeza. Bueno, Jimmy ha pasado por mi vida sin que le preste mucha atención. Siempre que lo veo está con una flaca en cada brazo y en una borrachera fatal. Hace dos semanas una amiga en común (la que me lo presentó) me dijo que ha bajado de peso un montón y que ya no chupa hasta las últimas consecuencias. "Está yendo al gimnasio", me dice. Hablamos de él un rato y le pregunté si tenía novia. Supongo que fue tonto pensar que ella me lo decía porque quizá el estaba interesado en salir conmigo. Hasta el día de hoy no hay señales de Jimmy por ningún lado. Ahi van cuatro...

5. Hace poco nomás fui a una reunión de amigos en un bar de Barranco. Entre esos amigos estaba todo tipo de gente de mi facultad y hablé un rato con un chico que había sido profesor de mi facultad (debe ser un par de años mayor que yo, nada más) y que ahora sale con una chica que me cae un poco mal. Bueno, en realidad me cae muy mal. Pero hay que ser diplomática y comerse el sapo, como dicen. En varias oportunidades me pareció que este chico estaba algo interesado en mi. Fue una especie de vibra que sentí. Quizá sólo es cosa mía. Además, me pareció que él y su chica andaban en problemas. Esto basado en una profunda investigación del perfil de esta chica donde descubrí una serie de cojudeces: que él no le pone "me gusta" a ninguna de sus publicaciones y porque en su foto de perfil había una foto de los dos juntos y ahora no y todos sabemos que cuando ESO pasa es porque la relación se está yendo a la mierda, ¿no? Ah, y está el tema de Cuzco. Según mis estadísticas, casi todas (palabra clave: casi todas) las parejas que se van de viaje a Cuzco juntas, terminan aproximadamente dos semanas después del mencionado viaje... Así que con todos estos datos valioso me dirigí a su perfil y le di clic para agregarlo a mi facebook, pero hasta ahora nada, no acepta mi invitación. Otro fail más, chiquito pero que sirve para coronar un año lleno de caídas. Ahi van cinco...



Ah, en fin, me gusta andar sola, pero a veces, como los niños, me aburre jugar siempre con los mismos juguetes. 

No one to depend on

Hace un par de semanas me dirigía a la universidad y puse la radio porque me encontraba en un atolladero asqueroso. Normalmente no la pongo porque me aburre escuchar casi todo lo que pasan hoy en día, sobretodo cuando ponen cosas tipo Taylor Swift o alguna chorrada mugrosa gringa de ese calibre. 
Pero ese día ni bien sintonicé "doble 9" me sale esta canción de Santana. 



Primero me movió el ritmo, tipico de la música de Santana, pero luego de escuchar la letra, me convencí que esta canción iba a quedarse conmigo un buen tiempo.
Supongo que el mensaje podría parecerle medio triste a algunas personas, pero supongo que yo no tomo de ésa forma. Para mi pensar en esa frase "I ain´t got no one to depend on" me sabe más a libertad, la que siento cada vez que pienso que no tengo novio, pero que por lo mismo, no estoy amarrada a ninguna de mis relaciones anteriores, y que de haber funcionado alguna de ellas, no podría decir que me sentiría feliz. Para mi, la canción de Santana es más una declaración de independencia que una declaración de soledad, y eso me hace sentir extrañamente feliz.

Además tengo que mantener la actitud positiva, que ha sido difícil este año, plagado de bajones. 

sábado, 11 de diciembre de 2010

Risky Bussiness

Hoy tuve otra de esas epifanías idiotas que siempre me asaltan de cuando en cuando: Casi todo el tiempo me la paso ilusionada absurdamente por un tipo. Siempre mantengo la fe que algunos de ellos va a quedarse en vez de dar vueltas alrededor mío y finalmente alejarse completamente. Usualmente me decepcionan y dependiendo de cuánto tiempo haya invertido en ellos me deprimo más o menos un par de semanas, hasta que se me pasa y regreso a ser "la que no quiere ser novia de nadie".
Se me ocurrió entonces qué, si este ciclo se repite con tanta frecuencia, arriesgar se me ha vuelto más sencillo que antes, es decir, ya no me da tanto roche lanzarse el anzuelo a un tipo y no recibir respuesta a cambio.
Arriesgar podría convertirse en una actividad menos estresante para mi si tomara conciencia que, a lo largo de mi historial de interacciones con los hombres, la desilusión que acompaña cada "pérdida" no me dura mucho más de un mes y, como un niño que se tropieza, me levanto, me limpio y sigo adelante.
Si tan solo mi cerebro captara ese mensaje...

Ley de Murphy

Ni bien dije que quería ver a Muse en vivo, salen las p*tas fechas en la página web.
Todas las ciudades menos Lima.
CARAJOMIERDALACONCHESUMADRE.
Bueno, al menos tengo el gusto que sólo vengan como teloneros de U2.
Todavía tengo espacio para pensar que podrían venir solos algún día y tener dos horas de riffs de guitarras como éste (y no 40 miserables minutos y después tener que fregarme con U2, lo siento Bono).

jueves, 9 de diciembre de 2010

Zombies

Fuimos a la caminata zombie. Yo no sé porque me decidí a ir. Sé bien que mi afán de exposición me dictamina con urgencia que debo hacer cosas que llamen la atención de alguna forma, aunque normalmente me gane la vergüenza o que van a pensar los demás (ahora último eso cada vez me importa menos), pero supongo que no pensé bien todo el asunto. Me pareció y cito "un cague de risa" disfrazarme de zombie e incluso practiqué mi maquillaje frente al espejo. Alenté a mis amigos vía facebook a unirse a mi causa, repartí recetas para hacer sangre falsa y rasgué uno de mis polos y lo embarré de esa salsa pastosa color arándano. 
Todo bien hasta el sábado por la tarde nos encontramos solos en medio de la av. arequipa tratando de ubicar lo inubicable. ¿Cómo mierda preguntas a alguien "Oiga, ha visto usted a un grupo de zombies pasar por acá" sin que te manden a la mierda o se rían en tu cara? 

Finalmente los encontramos y nos sentimos mejor con nuestros disfraces, incluso un poco lornas por no haberlo llevado al extremos como muchos otros, pero que chicha, ya estábamos allá y nos encantaba pasar por las calles y que todos salieran a mirarnos. Me sentí algo ridícula, pensando que mi mamá había salido a las calles a marchar por la muerte de Allende, mientras que yo salgo a marchar por el estreno de una serie cojuda que pasan por cable. Pensé eso todo el camino de ida y por dentro no tenía muchas ganas de reirme de asustarnos niñitos y que las viejas nos miraran con asco. Pero al final me venció todo y me dije a mi misma que esto no significaba vender mis ideales o no tener principios. Finalmente la generación de mi mamá también habría hecho cosas sólo por divertirse, ¿no? 

Me sentí de 6 años de nuevo. Que rica sensación. Todo bien hasta que vi las fotos en facebook. ¿Debo sentirme bien porque haya gente que comente cosas como "Pucha, que bien sales de zombie, flaca"? Piel ultra pálida, lapiz labial rojo para acentuar el aspecto de muerta, sombras en los párpados, muecas de muerta...
Lo tomaré como un cumplido. Me voy para el casting de The Walking Dead.

martes, 7 de diciembre de 2010

Listas

Yo no creo en las listas. De las que haces para planificar que hacer el próximo año. Creo que las olvido ni bien termina Enero. La única vez que he tenido una consciencia real de lo que he tenido que hacer fue cuando  a inicios de este año marqué en todas las paredes de mi casa la frase "Haz la tesis", para no olvidarme en ningún momento que este año, de todas formas, tenía que acabarla. 

Por lo general, esas listas son de deberes, cosas que no queremos hacer pero que anotamos en una hoja para darnos la sensación de que somos ordenados. Este año, prefiero hacer una lista de cosas que me gustaría hacer, y que si tengo oportunidad de hacerlas, las voy a cumplir sí o sí. 

- Aprender a tocar piano. Siempre quise tocar un instrumento y ahora voy a tener el tiempo para hacerlo. 
- Tomar clases de teatro. Ya lo hice hace mucho tiempo atrás, cuando solía tener tiempo y me encantó. 
- Pasar mas tiempo con mis amigos. Con los que me divierto de verdad. 
- Salir más con muchos más chicos. Todos los que pueda. 
- Ver a estos patas en vivo y en directo, en primera fila y gritar con toda mi alma sus canciones. (darle play al video de abajo). Lo necesito. Urgente. 

domingo, 5 de diciembre de 2010

Vanidades

Hace buen tiempo que conozco a un chico, que al principio me gustaba nada más, pero que luego de un tiempo se volvió una obsesión para mi. Esa obsesión totalmente desquiciada ha tenido muchas formas en distintas etapas de mi vida: a veces solo es eso, una obsesión y la comprendo como tal, una fuerza de posesión sobre lo que él significa para mi, la imagen que yo tengo de él en mi cabeza; en casi la mayoría de  ocasiones me clavo esta idea de que es amor y que tengo que tenerlo a mi lado para sentirme bien; muy pocas veces, olvido de él, o más bien lo entierro ligeramente (siempre está presente su imagen, de alguna forma), usualmente cuando me embarco en relaciones superficiales con otros chicos, que terminan mal, como queriendo confirmarme a mí misma que nada va a funcionar a menos que esté con él, mi objeto de obsesión. 

A lo largo de todos estos años (sí, ¡Años!) encontrármelo en algún lugar suponía dos clases de sentimientos totalmente opuestos: placer y al mismo tiempo, dolor. Placer por verlo de nuevo y sentir la ilusión de que algo pase (nunca pasó nada entre nosotros, simplemente fueron ideas vagas, conversaciones que no llevaron a nada, miradas y suposiciones); dolor por convencerme nuevamente que nada va a pasar, que las cosas van a seguir el mismo cauce que siempre han tenido y que la imagen que tenía en mi cabeza de él y yo como pareja se vuelve algo ridículo que incluso en ciertas ocasiones me avergüenza. He llorado incluso varias veces pensando que me hubiera ahorrado mucho dolor si no hubiera tomado esa clase en la universidad donde finalmente tuve el valor de hablarle. 

Desde aquella primera vez que me senté a su lado hasta ahora han pasado seis años. Yo tenía 19 y no sabía casi nada de acercarme a un hombre. Lo hacía con torpeza y cometía muchas tonterías. Ahora que ya tengo 24 no soy la misma mocosa. Siento que él -o la idea que tengo de él- ha evolucionado conmigo. Que cada una de mis facetas, todas las que pasé para llegar a donde estoy, todas esas mujeres que aprendieron de error de la anterior, intentaron una vez al menos en lo que duró su existencia (lo que haya durado cada etapa, que comienza con una teoría y acaba con la confirmación o negación de esa teoría), en llegar a él, en tratar de comprender cuál era el camino. 

Siempre me trato de explicar el origen de mi obsesión. ¿Porque perdura por tanto tiempo? ¿Porque no se fue como muchas otras fijaciones que tuve a lo largo de mi vida? ¿Porque él y no otro? 

En algunos momentos me lo expliqué de la manera más burda: el destino. El destino que tengo de encontrármelo aquí y allá, en lugares donde no pensaba hacerlo, con gente que no pensaba que lo conocían, que tengamos conocidos en común, que de alguna forma nos movamos en los mismos ambientes porque estamos predestinados a vernos y vernos y vernos infinitamente, porque es una especie de mandato divino... Pero, ¿No comparto esos mismos lugares con muchos otros tipos a los cuáles les presto menos que cero de atención? Muy rápido, la idea del destino se volvió idiota, absurda, estúpida, ilógica... Ah, pero el uso de esa palabra siempre me hacía caer en una frase que siempre me pareció un resguardo a la gente mediocre que no puede racionalizar las cosas: "El amor es ilógico". Ok, es cierto. Hacemos cosas ilógicas por amor, pero ciertamente hay una razón detrás de esas consecuencias que fuera de contexto podrían parecer ilógicas, pero que dentro de él no lo son. Por tanto, esa frase está mal interpretada. 

Luego de llegar a esa conclusión me obsesioné con la idea que "Hay una razón para todo" y me encerré en ese concepto para escapar de la fuerza que me hacía perder control sobre mi misma y entregarme a un viaje de ilusiones. Comenzar a fantasear sobre lo que él podría o no podría sentir por mi. Un viaje totalmente nefasto, suicida. 
Me gustaba analizar cosas triviales como que si un día me saludaba sonriendo entonces seguro que en esa semana que nos vimos hice algo que le agradó. En cambio, si me saludó al paso o fastidiado, era producto de una mala acción de mi parte. Obviamente totalmente el hecho que él es una persona, y que por tanto, tiene una vida, con amigos, familia, trabajo que yo desconocía en gran parte y que su reacción podría tener miles de variables. Quiero decir, el hecho de que me sonría o no podía depender de miles de cosas que le sucedieron antes de ese saludo y no tendría absolutamente nada que ver conmigo. Yo podía ser o no ser una variable dentro de ese abanico de posibilidades. 

Entonces se me ocurrió que mi obsesión sólo respondía a una cosa: yo misma. A fin de cuentas, lo que buscaba satisfacer profundamente no era otra cosa que mi amor propio, mi autoestima, mi vanidad. Poco me interesaba si él había tenido un mal día o un buen día: lo único que me interesaba era su reacción conmigo, como él me hacía sentir a . 

Entonces fue ahí cuando llegué a la conclusión mas importante: no es amor por él, es amor por mi misma. No tenerlo significaba una herida de muerte, pero para mi vanidad. 

Ahora solo me queda esperar que esa epifanía me ayude a dejar atrás esas viejas obsesiones. 

La teoría de las donas


Fabiola, una amiga, me contó algunas de sus reservas sobre "agarrar" con un pata que recién conocía del fin de semana. Yo no estaba muy segura si contarle que yo ya lo había hecho antes, pero por experiencia preferí mantener un perfil bajo y decirle que no encontraba muy emocionante eso de besar extraños. La verdad de todo es que me parece un pasatiempo muy vacío y lo que me deja esa experiencia es la misma sensación que comer una dona glaseada: Al principio es rico y te empalaga porque está llena de azúcar, sensación que te mantiene feliz mas o menos por dos horas, hasta que tu cuerpo procesa todo ese dulce, que a la larga no le aporta nada a tu alimentación. Luego de eso, viene el bajón, en donde sientes una profunda hambre y quieres volver a comerte otra dona glaseada. Finalmente, tantas donas terminan dándote naúseas y ya no quieres siquiera oler una en un buen tiempo. 
And that's the way it is.  

jueves, 2 de diciembre de 2010

Consideraciones sobre salir con el "ex" de alguien que conoces

Para hacer la historia corta un día se me ocurrió salir con el ex de una chica que conocía. Como ella no era mi amiga -nunca salimos juntas, nos topamos en reuniones en común y rara vez hablábamos mas de cuatro palabras- me pareció normal intentar algo con este pata, que me caía bien y con el que sí había cruzado mas de dos palabras en las fiestas, reuniones, etc., y luego en varias conversas vía msn. Supongo que eso estuvo mal desde el inicio. Como sea, eso no funcionó y después de esa nefasta única salida ya no quise volver ha hablarle. Tan malo fue que no le contesté el teléfono por semanas. Lo triste de todo es que él piensa que yo me alejé porque soy patasa de su ex-novia, no porque pensar en él me de dolor de estómago. 

Y así la vida da vueltas y ahora soy más cercana a ella. De hecho, ahora si puedo llamarla "amiga". Y el fantasma de ese chico me va a perseguir siempre. Todas las veces que ella se le ocurre traerlo a colación, siento una especie de hincón en el costado: "Saliste con su ex novio, saliste con su ex novio, saliste con su ex novio". 

Muchas veces frente al espejo practico la misma situación: ella se entera y viene a reclamarme, a preguntarme -a veces a gritos, a veces calmadamente- que carajo fue lo que pasó. Yo, con mi cara de indignada le respondo que no sé de qué me habla, porque con él no "salí" sino que me lo encontré en una fiesta con muchos otros amigos y si él afirma otra cosa, pues probablemente se llevó la impresión equivocada. Me repito la misma frase una y otra vez, esperando que ese día nunca suceda, pero que si pasa, lo único que me queda es la de George Constanza (Seinfeld): "No es una mentira si tú te la crees".

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Idiotas opinando sobre Wikileaks

¿No tienen ustedes gente en su facebook que no saben bien cómo llegaron ahí? Quizás en algún momento de estupidez se les dio por agregar al amiguito gracioso de una amiga en común y cinco minutos después se ganaron con sus comentarios y disparates de cuando en cuando. Claro, al final te importa poco lo que diga si se limita a postear tonterías sobre bandas y videitos de rock de los setenta, pero cuando comienza a emitir sus opiniones sobre la política o acontecimientos de actualidad que sí son trascendentales, entonces ya le comienzas a prestar más atención. 

Resulta que hoy entro a mi facebook para darme con una publicación de un patita, llamémosle "F", que se le ocurrió opinar sobre Julian Assange y Wikileaks posteando un artículo de un periodista obviamente gringo que entre otras cosas dice que Assange es un "media-whore" (es decir, un tipo que hizo todo esto no por querer sacar los trapitos sucios de los gringos al aire, sino por un afán de sobreexposición desmedido, un poco como lo que hace Lindsay Lohan cuando anuncia que va a regresar con su novia) y que en verdad (ojo, fíjense en esta que es una perla) Assange lo único que logró fue favorecer a Estados Unidos porque remarcó el trabajo que están haciendo los líderes americanos y diplomáticos americanos por resguardar la paz, la libertad y la democracia y toda esa mierda que siempre dicen ellos cada vez que alguien los ataca (sino, hay que ver el discurso que hace Bush en el capitolio después del 11-S). 

Pero ya, bueno, el comentario viene de parte de un gringo, ¿esperábamos más?

F, el que posteó esto en facebook, dice entre otras cosas, que está de acuerdo con este gringo en que Assange es un media-whore. Como a mi me revientan esta clase de comentarios, le mandé un párrafo entero diciendo mi opinión, que por lo que pueden ver es totalmente opuesta. 

Entonces el fulano no contesta nada, pero uno de sus amiguitos del facebook se anima y comenta que "no se porque tanto rollo por esas revelaciones, si probablemente todas las embajadas del mundo hacen lo mismo" y termina diciendo que "ahora vamos a ponernos paranoicos pensando que los gringos nos espían. Assange solo ha logrado levantar el pánico con estas publicaciones. Eso también es terrorismo". 

Digo, ¿existe un país más PRO-GRINGO que el mío? 
No sólo se molestan en publicar opiniones pro-gringas porque "quieren saber qué piensan los gringos también", sino que encima de eso, están de acuerdo. 
Realmente, que asco.  

martes, 30 de noviembre de 2010

Momentos del fin de semana

El sábado me enteré de varias cosas:
Que una amiga sale con un alumno suyo.
Que la gente en parejas hace planes para año con otras personas en parejas.
Que estar sola sólo es cierto cuando uno realmente se siente sola.
Que las cosas no siempre son como las imaginamos (esa ya la sabía, pero nunca me la aprendo del todo).
Que siempre desperdicio oportunidades por no estar conectada al msn.
Que uno se puede sentir muy mal, pero todo puede cambiar con sólo escuchar esta canción y cantarla gritando (guitarra de aire incluida).



Y que al final tener amigos me sigue reconfortando, a pesar que esté sin pareja por el momento.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Ser la novia de alguien

De repente sucede que una chica use la etiqueta de "no quiero ser la novia de alguien" porque le da pánico enfrentarse a una situación donde tenga que bajar las defensas y mostrar emociones. 
Una cosa más: Es también probable que esa chica sea un robot. 

Salir o no salir

Qué es mejor: ¿salir con alguien que no te gusta, o esperar a que ese alguien que sí te gusta se de cuenta de tu existencia?

Mis amigas dirían que está bien salir con alguien para ver cómo es, si de repente con el trato te cae mejor. 
Mi mamá diría que no hay que ser tan exigente y darle una oportunidad al que te ha invitado a salir. 
Mi papá diría que seguro no me gusta por alguna tontería, como que tiene manos chicas o escupe al hablar. 
La lógica y la razón concluirían que el primero es una oportunidad mientras que el segundo es una ilusión. 

Ninguna de éstas respuestas me satisface del todo, pero de lo que sí he podido percatarme últimamente es que esperar a que alguien que sí te gusta se de cuenta de tu existencia es la cosa más absurda que alguien puede hacer alguna vez. No interesa que tan buena, interesante o genial te parezca esa persona, llega un momento en toda pseudo relación en la que debes decir: Ok, ya está, hasta aquí llegué, tengo que seguir adelante. Es duro y parece imposible de hacer, pero al final que te agrade alguien siempre es una elección. 

Una cosa más: tal vez el hecho de que estés tan empeñada en esperar a ese susodicho sea porque a fin de cuentas eso es más seguro que arriesgarte con alguien. 

Just saying...

sábado, 27 de noviembre de 2010

Parejitas

¿Soy la única, o a ustedes también les molesta que hayan parejitas que se toman fotos besándose y las publiquen en facebook?
Ok, ya entendí, tiene una vida sexual increíble. ¡Pero NO necesito saberlo!

Inspiración

Anton Chejov decía que podía hacer cuentos sobre cualquier cosa, probando así que la creatividad no tiene límites. Lamentablemente yo no tengo la creatividad de Chejov, porque me es imposible escribir sobre cualquier cosa. Mi vida es aburrida y monótona, como la vida de cualquiera y me muero porque algo me suceda, cualquier cosa que me haga tomar algún rumbo, embarcarme en algún viaje, conocer gente nueva, hacer cosas nuevas, tomar algo inspirador. Mi vida, como es ahora, no inspira una historia de nada. Siempre que me pongo delante una hoja en blanco, termino hablando del pasado, de lo que me sucedió, de un refrito de hace seis meses atrás, de cosas que hasta a mí, que me pasaron y fueron interesantes en su momento, me aburren. A MI. Entonces, ¿porque le interesarían a alguien que no me conoce? 
El punto de frecuentar mucho tiempo a la misma gente hace que la novedad se vuelve una cosa difícil. Y le comienzas a encontrar defectos a las personas con las que andas, como arañazos en la pantalla del celular, que por más que le pasas y le repasas la franela, no se borran nunca. 
Mi mamá siempre dice "a la gente hay que quererla para aguantarla", ergo, mis amigos están bien, pero no los quiero tanto como para aguantarlos a pesar de todo. Yo nunca he podido quedarme mucho tiempo en un grupo de gente, y me gusta pensar que es porque he cambiado mucho y mis amigos de hace cinco años atrás ya no podrían ser mis amigos ahora. 
Ahora debo estar afrontando otro cambio más, porque los amigos que mantuve durante gran parte de la carrera me resultan atrofiantes. Sí, atrofiantes de ideas, de creatividad, de empeño, de avanzar. Ya no sé de qué hablarles y hablar de lo mismo me cansa. No es su culpa, claro, es una cosa mía, una de tantas "cosas" que tengo, dentro de este paquete que conformo, que no controlo, dentro de mi forma de ser.

Rendirse nunca, retroceder jamás (I)

Mi estado de ánimo oscila entre la felicidad y la tristeza. Felicidad porque ya estoy a punto de terminar la tesis y este encierro auto inducido va a terminar (la única forma de acabar la tesis era acabar con mi vida social), voy a poder irme a un trabajo decente, donde me paguen bien, tenga una vida social libre de responsabilidades (como mi cabeza diciéndome "todavía no has acabado la tesis, ¿entonces que carajo haces juergueandote de jueves a sábado?), una oficina grande con muchas personas, donde eventualmente voy a conocer al amor de mi vida. 
OK, eso último sonó terriblemente huachafoso. Pero tendrán que comprender algo primero: yo he llamo "amor de mi vida" a unos cinco hombres en los años que llevo "single and ready to mingle", así que, ya verán que no es tan seria la cosa. 

Tristeza porque todavía me falta un peldaño más para acabar, quizá el más grande e importante de todos y el tiempo libre que quería tener este fin de semana no me parece merecido. Es más, me molesta un montón que todo el mundo me venga con la frasesita cojuda de "oye, descansa, relájate, no te estreses flaca", cuando me encuentro en un punto crucial de todo, donde la tesis, mi trabajo de dos años, se puede ir al CA-RA-JO por falta de atención, indisciplina, irresponsabilidad y flojera. 

No señor, no voy a dejar que la osciosidad me cague esta vez, o algún gen de mi familia que destinó a mis tíos y tías a la ignorancia universitaria, a no graduarse nunca y terminar casados (as) con gente mediocre. 

viernes, 26 de noviembre de 2010

A rose is a rose is a rose

Hay frases o momentos que se te quedan grabadas y que tu cabeza te suelta en cualquier momento, sin que se lo pidas, sin aviso previo. A mi me impactó una frase de una señora llamada Gerturde Stein que dice "Una rosa es una rosa es una rosa" que puede interpretar por "las cosas son lo que son". Esta frase me sorprendió por la simpleza que implicaba en su premisa que le quita toda poesía a las cosas que nos suceden, que le quita toda esa sublimación que hacemos a veces los seres humanos para explicar nuestra forma de ser.
Hasta ahora recuerdo esa frase y de cuando en cuando me la repito, pero en ciertos momentos me da por pensar esa puede ser una forma válida de explicarse la vida, pero también una muy fácil para cerrarse a ella. 

500 días con ella

Hay dos tipos de películas: las que pasan desapercibidas y no nos dejan nada saliendo de la sala de cine, que muchas veces terminamos comentando por que son tan malas que da risa y que después de unos cuantos meses olvidamos completamente hasta que las sacan en formato DVD. Y luego, están las que recordamos una y otra vez, que son tan buenas que por cada vez que las vemos encontramos una cosa nueva, un detalle que no habíamos visto la primera vez, que nos dejan un gusto agradable al salir del cine, de ésas donde cada escena y cada actuación nos deja algo, como si el rollo siguiera dando vueltas en tu cabeza sin poder detenerse. 

Ayer entregué la tesis, el trabajo que me tomó 2 años en desarrollar, y con ello estoy a unos días de culminar una etapa inmensa en mi vida, una etapa que marca un antes y un después. Es el fin de una era: la universitaria. Por eso, me tomé el día libre (mas bien, todo este fin de semana, que después de dos años comprenderán necesitaba intensamente) y me dediqué a ordenar mi cuarto que era el caos total, a cocinar y ver películas. 
Como estamos hablando de periodos que culminan, y porque hace tiempo tenía ganas de verla de nuevo, me pasé la tarde con 500 días con ella (500 days of Summer), que es una de mis películas favoritas y que me ayudó y sigue ayudando a entender un poco sobre lo que significa madurar. 

Para mi nunca fue una película sobre una historia de amor. Mas bien, yo la vi como una película de cambios: donde al personaje le sucede algo que le cambia toda la perspectiva y a partir de ellos construye un nuevo futuro. La primera vez que la vi, me identifiqué con Tom; pero ahora que la veo por segunda vez me siento más como Summer e incluso veo a Tom (o a mi misma, hace tres o cuatro años atrás) como un chico perdido al que tengo ganas de abrazar y decirle "Ya va a pasar".

¿Porque la identificación con Summer? Tiene mucho que ver con el estado en que me encuentro ahora. Soltera, sin compromisos, sin ataduras, viviendo la vida, sin ganas de ser "la novia de alguien". Pero dejando de lado un poco de mi cinismo -y no cualquier película me hace eso- sí quiero encontrar un chico con quien compartir mis cosas. Lo que me ha pasado muchas veces es que apunto al chico equivocado. Pero algún día, no muy lejano, voy a acertarle al blanco correcto.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Taxistas, cuchillas y una boca de camionero

Cuando el estrés comienza a tener efecto en mi cuerpo me comienza a doler la espalda, se hacen mas frecuentas la migrañas, y lo peor, se forman unas aftas asquerosas que me salen en la lengua, que siempre me hacen recordar a "El nombre de la rosa", libro convertido en pela con Sean Connery haciendo de cura (si usted querido lector no comprende de qué estoy hablando, déjeme informarle que debe ver más cine). No sólo eso: pareciera que estoy en "mis días" por tiempo indefinido. Desarrollo una personalidad de bitch increíble, granputeando a todo el mundo y peleándome con mas taxistas que de costumbre.

La vez pasada me encontraba en ese cruce infame entre javier prado y nicolás arriola -la "cuchilla" como le dicen los taxistas- y quería, ilusamente, meterme a la auxiliar para entrar a Sodimac. Resulta que un taxista se me comienza a pegar al carro, al punto que pensé que en cualquier momento me lo rayaba. De pensarlo nomás ya me enervaba, se me subía la sangre a la cabeza, así que ya no pude controlarlo y bajé la luna para emitirle una opinión sobre él, sobre su auto y qué cosa le iba a pasar si me tocaba el mío. 

La verdad es que ya no me acuerdo bien que le dice, pero sí definitivamente le hice recordar a su mamá varias veces. Como el taxista no se la esperaba, dado que soy una "dama" y además tengo cara de chibola, casi se hace la pichi y solo atinó a decirme "que malcriada". 

Supe en ese momento que no me iba a rayar el carro.  

lunes, 22 de noviembre de 2010

Cagones, parte I

Ya sintiendo cerca un nuevo fin de año y con la creciente manía de hacer conteos -esa idea absurda de que cuando una etapa acaba tenemos que hacer un recuento de cosas que hemos hecho y no hemos hecho, como por ejemplo, ir al gimnasio o dejar de salir con hombres inmaduros- me he propuesto hacer una lista de pros y contras sobre algunos de mis amigos, que gracias a su desempeño mediocre, han entrado en mi lista personal de "sabes que causa, hasta aquí nomas".

Olga, por ejemplo, ha sido acreedora a una tacha negra con marcador indeleble. Tiene una forma de ser que no comprendo un carajo. Quedamos para salir un día, digamos, un jueves. Pasan los días y la llamo para organizarnos (si voy a ir a su casa, o ella va a venir a la mía, si nos encontramos allá, etc.) pero no me contesta el teléfono. La sigo llamando hasta sentirme una acosadora sólo para comprobar que después de 15 llamadas seguidas Olga ha decidido no salir conmigo, probablemente irse de parranda con su mari-novio y en vez de llamarme y enfrentar el asunto prefiere evadirlo. Las primeras veces que lo hizo (dos veces, después simplemente dejé de llamarla para salir mas o menos por un mes) me llamó al día siguiente para decirme alguna excusa cojuda tipo "dejé mi celular en el carro y recién acabo de ver las llamadas perdidas". 
Después de pasado un tiempo y cuando me olvidé convenientemente que Olga era una basurita, volvimos ha hacer planes. Me hizo una todavía mas cagona: Estabamos todavía en la universidad. Un jueves me dice para salir un viernes, y cuando llega el viernes, saliendo de clase, se hace la loca en mi cara y me pregunta, porque me ve arreglada, que si voy ha hacer algo más tarde. "¿Qué, no teníamos planes?", le digo y ella me contesta: "Ah, bueno, si quieres vamos a tomar algo" con la cara de desilusión y cansancio mas hasta-el-culo que he visto en mi vida. 

Ahí le di como medio año de distancia para volverme a embarcar, esta vez con otra amiga más, en otra de sus canceladas. Quedamos en ir a su casa, y justo cuando estoy por chapar un taxi, me agarra la duda de que Olga me vaya ha hacer lo mismo de nuevo. La llamo, pero no contesta. Decido al final no ir, llamar a mi otra amiga para preguntarle en donde andaba. Me dice que ella también está llamando a Olga, pero que no le contesta. Me quedo en casa al final y al día siguiente reviso mi correo y hay un mail de Olga, con fecha de ayer por la noche que decía que mejor no vayamos a su casa porque se "olvidó" que tenía que llevar a su vieja al aeropuerto. ¿Y la mataba llamar y decirnos la misma cosa por teléfono? ¿No tiene mensajes de texto en su maldito celular? ¿Que hubiera sido de mi si tomaba ese taxi y llegaba a la casa de Olga, que encima queda en el culo del mundo, y no encontraba a nadie? 

Mi ex-causa Olga me avisó para salir el fin de semana, y esta vez se la hice yo: le dije que iba a ir, no la llamé y luego cuando me llamó no le contesté. Total, si ella lo hace, comprenderá que los demás también tenemos el derecho de hacérselo. 

viernes, 19 de noviembre de 2010

Soñando

Soñé que estaba corriendo por una calle ancha y larga, interminable, llena de baches. Corría hacia algo con desesperación. ¿Es que nunca has soñado que estás apurado por llegar a algún lado? ¿Que estás a punto de llegar muy tarde a algo? Yo siempre sueño con eso. En mis sueños siempre estoy corriendo, sorteando obstáculos, tratando que algún bus ficticio no me deje, que la puerta imaginaria no se cierre antes que yo pueda entrar, o que esa persona inexistente que me espera no se vaya, no me deje. Nunca tengo claro a qué corro, pero sí que tengo que llegar como sea. Tal vez es solo un sueño, y no tiene sentido ahondar en ello. Pero lo raro de todo fue que me sentía feliz, contenta, llena. Como si supiera que eso que me espera no me va a dejar, que va a estar ahí, y que la única razón por la que corro es porque la impaciencia no me deja detenerme, tengo que verlo, tengo que llegar porque los minutos que paso son muy largos, porque las piernas se me hacen eternamente lentas, y los pasos pesados y torpes, porque desearía poder pensarlo y estar ahí. 
En mi sueño no te encuentro, pero sé que estás ahí. Quiero pensar que ese sueño va a tener un final algún día, y que mañana, pasado, la próxima semana voy a volverme a encontrar en esa calle ancha y larga llena de baches, y que voy a voltear una esquina, o voy a abrir una puerta, o voy a subir por una escalera y te voy a encontrar y me vas a preguntar porque tanta prisa, porque la larga carrera, si a fin de cuentas siempre estuviste ahí esperando. 
Y yo te voy a decir que las coincidencias no existen. No vale la pena que me explaye ahora sobre ese posible futuro. Todo se da a su tiempo. 
Cuando llegue, te lo explicaré todo.  

domingo, 14 de noviembre de 2010

Pijamas

Domingo, temprano, los pies sacan la cabeza por encima de la frazada, kilométrico manto que cubre todo un cuerpo, todo un universo que yace debajo, en la oscuridad. Es improbable que salga a la luz. Sin siquiera revisar o medir el tiempo -ni siquiera intenta hacerlo- ha decidido esconderse. Debajo del manto kilométrico aguardan aventuras mayores. Los párpados ayudaron a permanecer en estado alfa un rato más hasta que un rugido descomunal proveniente de la puerta de pronto la obliga a moverse. Es un sonido conocido, familiar, materno pero irritante. Comienza entonces a pararse. Primero los brazos, lentamente se abren paso a través de la materia, para luego darle pase a la piernas, monumentales y gordas, que patean enérgicamente la frazada hasta tirarla al suelo. Luego viene el aullido: la boca se abre como una compuerta que expulsa aire muerto, un aliento infecto propio de la mañana, acompañado de un sonido grotesco, como el de un animal exhalando sus últimos segundos de vida. Ya de pie, no queda otra cosa que ver la hora. Doce del día. El domingo siempre fue un día holgazán. Animal sucio, todavía envuelto en un halo de sudor nocturno, se percata que no tiene control de la hora en la que se levanta, pero sí de la suciedad que llevará consigo durante todo el día. 

Hoy ha decidido quedarse en pijamas.