lunes, 22 de noviembre de 2010

Cagones, parte I

Ya sintiendo cerca un nuevo fin de año y con la creciente manía de hacer conteos -esa idea absurda de que cuando una etapa acaba tenemos que hacer un recuento de cosas que hemos hecho y no hemos hecho, como por ejemplo, ir al gimnasio o dejar de salir con hombres inmaduros- me he propuesto hacer una lista de pros y contras sobre algunos de mis amigos, que gracias a su desempeño mediocre, han entrado en mi lista personal de "sabes que causa, hasta aquí nomas".

Olga, por ejemplo, ha sido acreedora a una tacha negra con marcador indeleble. Tiene una forma de ser que no comprendo un carajo. Quedamos para salir un día, digamos, un jueves. Pasan los días y la llamo para organizarnos (si voy a ir a su casa, o ella va a venir a la mía, si nos encontramos allá, etc.) pero no me contesta el teléfono. La sigo llamando hasta sentirme una acosadora sólo para comprobar que después de 15 llamadas seguidas Olga ha decidido no salir conmigo, probablemente irse de parranda con su mari-novio y en vez de llamarme y enfrentar el asunto prefiere evadirlo. Las primeras veces que lo hizo (dos veces, después simplemente dejé de llamarla para salir mas o menos por un mes) me llamó al día siguiente para decirme alguna excusa cojuda tipo "dejé mi celular en el carro y recién acabo de ver las llamadas perdidas". 
Después de pasado un tiempo y cuando me olvidé convenientemente que Olga era una basurita, volvimos ha hacer planes. Me hizo una todavía mas cagona: Estabamos todavía en la universidad. Un jueves me dice para salir un viernes, y cuando llega el viernes, saliendo de clase, se hace la loca en mi cara y me pregunta, porque me ve arreglada, que si voy ha hacer algo más tarde. "¿Qué, no teníamos planes?", le digo y ella me contesta: "Ah, bueno, si quieres vamos a tomar algo" con la cara de desilusión y cansancio mas hasta-el-culo que he visto en mi vida. 

Ahí le di como medio año de distancia para volverme a embarcar, esta vez con otra amiga más, en otra de sus canceladas. Quedamos en ir a su casa, y justo cuando estoy por chapar un taxi, me agarra la duda de que Olga me vaya ha hacer lo mismo de nuevo. La llamo, pero no contesta. Decido al final no ir, llamar a mi otra amiga para preguntarle en donde andaba. Me dice que ella también está llamando a Olga, pero que no le contesta. Me quedo en casa al final y al día siguiente reviso mi correo y hay un mail de Olga, con fecha de ayer por la noche que decía que mejor no vayamos a su casa porque se "olvidó" que tenía que llevar a su vieja al aeropuerto. ¿Y la mataba llamar y decirnos la misma cosa por teléfono? ¿No tiene mensajes de texto en su maldito celular? ¿Que hubiera sido de mi si tomaba ese taxi y llegaba a la casa de Olga, que encima queda en el culo del mundo, y no encontraba a nadie? 

Mi ex-causa Olga me avisó para salir el fin de semana, y esta vez se la hice yo: le dije que iba a ir, no la llamé y luego cuando me llamó no le contesté. Total, si ella lo hace, comprenderá que los demás también tenemos el derecho de hacérselo. 

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